PARÍS. La ciudad luz se ha rendido a los pies de Tom Cruise. Pocos actores dedican tanto de su tiempo a los fans y Tom quiso estar antes de su premiere de La Momia para poder darse su ansiado baño de multitudes.
Tanto en Paris como en Madrid, donde ha estado estos días, el despliegue de seguridad ha sido por todo lo alto. Guardias y guardaespaldas en cada esquina, perros especializados y su propio equipo que siempre está pendiente de cada uno de sus pasos. Cuando Tom aparece todos son sonrisas y amabilidad.
El actor reconoce que es un ritual que agradece y necesita al terminar una película.
Rejuvenecido, de traje, y muy atractivo ha posado con paciencia y sin perder la sonrisa. Es la parte menos conocida del actor, aunque la peor parte la sufre la seguridad de la ciudad que con la visita de Tom Cruise se paraliza para la estrella. Cuatro años se ha hecho esperar para volver, y ha comprobado que sigue levantando pasiones entre todos sus fans europeos.
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