SANTIAGO.- Personas de barrios y campos, que sí gozaron los ritmos y expresiones de “doble y más sentidos” durante sus fiestas, fueron los que sepultaron los restos del músico típico Tomás Santana de la Cruz, el popular “General Larguito”, que no se sabe si descansan en paz o siguen moviéndose con las notas de su acordeón, en el cementerio Cristo Viviente, de la sección El Ingenio, al Noroeste de Santiago de los Caballeros.
Con grandes musicotes rodantes de los que se escuchaban las letras de sus composiciones, el pueblo agradecido por lo tanto que bailó con Larguito, desde la funeraria SAVICA, contigua al hospital infantil Arturo Grullón, hasta su actual morada, quiso honrar la humildad convertida en grandeza, de este hombre de tierra adentro.
Las clases no se suicidan, y los chiriperos, buhoneros, carretilleros, limosneros, velaron y sepultaron a Larguito, no era para menos, aquí no tuvo cabida “La Mala Maña”.
Como en otras despedidas dolorosas, sin que sea un “Cuento Comparón”, la reina merenguera típica “Fefita la Grande”, estuvo presente en el adiós, junto a otros jóvenes artistas del género.
Fefa grabó algunas composiciones del extinto artista, destacándose, “El Desfilfarre". Mientras que la relativa joven agrupación típica santiaguera, Banda Real, en su catálago muestra, “El Cloche” y “El Estrujao”, entre otras.
“Navidad sin mi Madre”, salida de un hecho testimonial de Larguito, fue una de las grabaciones que se erigió en himno, para una de las épocas que más gozan los dominicanos.
El general, deja en la viudez a doña María Celestre Trejo García, con la que residía en la sección El Ingenio de esta ciudad. Los datos refieren, que nació en el municipio de Gaspar Hernández, provincia Espaillat, desde donde conquistó a los cibaeños con su música y voz aguardientosa.
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