MALIBÚ. A Matt Damon tener cuatro hijas debe suponerle todo un suplicio. Hoy ha pasado una jornada playera de lo más entretenida en Malibú. Mientras su hija mayor tomaba el sol junto a su novio y los guardaespaldas y sus pequeñas jugaban en el agua, el actor se ha dedicado a estar en guardia por si las moscas y a no moverse del sitio en ningún momento.
La estrella de Hollywood ni siquiera se ha quitado la camiseta para darse un chapuzón, no le ha quitado ojo a su hija, y cuando ha encontrado hueco para un poquito de intimidad, los fans no le han dejado ni sentarse tranquilo en la toalla.
Al percatarse de los paparazzi ha ordenado a su hija a ponerse el vestido, y ni corto ni perezoso ha mandado levantar el chiringuito familiar para volver a casa con el resto de la tropa por el camino más corto.
Ni bronceado, ni palas al sol, ni baño en el mar...Es el alto precio que hay que pagar por ser famoso... en Malibú.
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