Durante el verano, hidratarse es esencial para soportar los días más calurosos, especialmente si realizamos actividades al aire libre o estamos expuestos al sol.
Aunque las bebidas representan un 80% de la hidratación en nuestro cuerpo, debemos tener en cuenta que los alimentos aportan el porcentaje restante de agua en nuestro organismo.
Entre las bebidas más apropiadas para hidratar el cuerpo se encuentran el agua de limón, una bebida muy efectiva para la hidratación, que además proporciona una sensación refrescante al instante. También son muy recomendados zumos naturales. Durante el verano, pon a trabajar tu licuadora y tu exprimidor para hidratarte con sabrosos zumos de frutas. Así el té helado, por su contenido en agua, lo convierte en un recurso muy apropiado para los desayunos o meriendas en verano. Lo mismo sucede con cualquier tipo de infusión.
Las bebidas isotónicas recomendadas para recuperar azúcares y sales minerales tras el ejercicio, resultan especialmente apropiadas en los días más calurosos. Las verduras también son ideales para consumir en los días más calurosos ya sea en ensalada, hervidas o rehogadas. En especial, lechuga, tomate, espinaca y pepino. También son ideales los batidos de hortalizas. Alimentos como el salmón, el atún, la merluza, las sardinas o las anchoas al consumirlos aportan hidratación al organismo.
Para sorpresa de muchos, las carnes contienen un alto porcentaje de agua, aunque se recomienda reducir su consumo en verano por la alta concentración de grasas animales y porque puede hacer más pesada la digestión.
En cuestión de postre la gelatina es ideal para los días calurosos del verano ya que hidrata y refrigera nuestro cuerpo. Prepáralas con frutas para que se convierta en un alimento aún más completo.
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